El Lloyd's o Lloyd's of London


es un mercado de seguros británico. Sirve como lugar de encuentro para empresas financieras o aseguradoras. A diferencia de la mayoría de sus competidores en el mercado de reaseguros, no es una empresa. Su consigna es Uberrimae fidei (del latín, "de máxima buena fe").

 historia.

Más de 300 años han pasado desde las primeras noticias conocidas del Lloyd´s. Nos remontamos hasta el año 1688, cuando por primera vez la londinense taberna del viejo Edward Lloyd – o mejor dicho, Coffe House -, es anunciada en la London Gazette, publicitándose como un animado lugar de reuniones para cuantos profesionales del comercio marítimo quisieran acercarse, tales como armadores y comerciantes de todo tipo, lo cual, obviamente, resultó un imán que atrajo a todos aquellos que proporcionan seguros relacionados a la explotación de los buques y la carga que en ellos se transportaba.
La historia comenzó en un simple tablón en el que algunos de los parroquianos, (típicos de toda taberna que se precie), comenzaron a anunciar sus servicios como marineros, armadores con próximos viajes en vistas o simples servicios de reparación de pertrechos o trapo, pero poco a poco, el seguro del comercio de mercancías por mar a cualquier parte del mundo comenzó a ser el rey indiscutible de la fiesta.
La situación inicial de nuestra taberna era clave: Tower Street, muy próxima al Támesis. Aunque poco después, en el año 1691, cuando del espíritu de taberna únicamente quedaban unas pocas cervezas y algún marinero en ocasiones demasiado contento, Edward decidió trasladar la comitiva a Lombard Street.
Con todo, y a pesar de que en el año 1760 se crea Lloyd´s como sociedad independiente operando bajo el nombre del Lloyd´s Register of Shipping,  no fue hasta el año 1871 cuando se reconoció finalmente la base jurídica de la institución por Ley Parlamentaria Británica, aprobación que permitió al Mercado crear sus propios Estatutos.
Lamentablemente, a día de hoy sigue existiendo el error por parte de una gran mayoría de entender el Lloyd´s como una compañía aseguradora y no como el mercado de seguros que es, configurado por numerosos sindicatos que aceptan las coberturas de riesgos absolutamente heterogéneos en nombre de potentes inversores: los técnicamente conocidos como “names”. Actualmente, estos names – quienes en su origen eran multimillonarios y nobles que aceptaban los riesgos en su nombre hipotecando con ello toda su fortuna en la suscripción de pólizas para sus clientes y amigos – no son otra cosa que corporaciones que por medio de un elevadísimo capital se encuentran facultadas para garantizar los grandes riesgos que a diario son suscritos en este Mercado.
Pero no todo han sido algodones en la vida del Lloyd´s, pues a lo largo de su historia este célebre mercado de seguros ha debido hacer frente a importantes y numerosas tempestades destacando entre ellas la sufrida durante la década de los 90, momento en que comenzaron a surgir un sinfín de reclamaciones por la exposición al amianto en EEUU a lo largo de muchos años. Para que nos hagamos una idea de las implicaciones de esta crisis, la cifra que el Mercado llegó a pagar por estas reclamaciones osciló entre los 14 y 15 mil millones de dólares, mucho dinero hoy, pero mucho más en aquel entonces. Fue precisamente este hecho el detonante de la desaparición de los names individuales, (aquellos dueños de grandes fortunas), poniéndose entonces fin por completo al reclutamiento de nuevos “names” de responsabilidad ilimitada. Como consecuencia de todo ello, en 1993 se creó Equitas, una división especializada que centraría su actuación en los negocios suscritos con anterioridad a ese año y cuya inevitable consecuencia fue la enajenación de numerosos activos por parte del Mercado londinense.
Pero si de capítulos negros hablamos, no podemos dejar de referirnos al año 2001: el ataque terrorista a los EEUU colocó al Mercado contra las cuerdas, ya que fue considerado como la “mayor aseguradora del World Trade Center”, debiendo por ello hacer frente a casi 11 mil millones de dólares en reclamaciones de un total de algo más de 40 mil millones. Cuando Lloyd´s todavía no se había prácticamente repuesto de la crisis de los 90, se encontró inmerso en esta nueva tormenta.
Centrándonos ya en la situación actual, el secreto del éxito del que actualmente goza nuestro mercado protagonista, ha sido sin lugar a dudas el entender los riesgos que en él se aseguran, para lo que es empleado un auténtico ejército de especialistas para el estudio de los detalles y entresijos de cada riesgo, hasta el punto de que si alguno de ellos no fuera capaz de entender alguna cosa o esgrimiese una buena razón para no aceptar un riesgo, el Mercado en su conjunto podría incluso decidir mantenerse bien lejos del mismo. Ello se debe no sólo a los dos ejemplos anteriores, sino a otras magnánimas indemnizaciones a las que Lloyd´s ha tenido que hacer frente, entre las cuales cabe destacar las originadas por los gigantes Enron o WorldCom.
Pero para cerrar este artículo con un broche de color, y sin olvidar el renombre, solvencia y seguridad con la que Lloyd´s opera a día de hoy, quisiera subrayar que a lo largo de la historia el Mercado ha emitido pólizas que realmente podrían incitarnos a la risa, resultar inverosímiles o incluso sonar a broma, ya que se han cubierto riesgos tan curiosos como las piernas de Betty Grable, de Tina Turner o de la inolvidable Marlene Dietrich, la no tan agradable sonrisa de Betty la Fea, las rodillas de David Beckham, los dedos del Rolling Stone Keith Richards o la voz de diversos artistas de renombre como Bob Dylan, Celine Dion y Bruce Springsteen.
Alejándonos del mundo del celuloide y del espectáculo, Lloyd´s ha sido también el orgulloso mercado asegurador de hechos tan notables como el primer vuelo comercial aéreo o incluso el primer vuelo comercial al espacio, así como de hechos no tan afables como han sido los huracanes Katrina y Wilma, por los que Lloyd´s tuvo que hacer frente a un desembolso de algo más de 16 mil millones de dólares. Pero sin duda, el seguro más curioso que se ha podido adquirir el este Mercado fue el contratado por un neoyorquino que trabajaba como Papa Noel en una conocida tienda de juguetes, quien ni corto ni perezoso decidió asegurar su barba blanca por resultarle del todo necesaria para su trabajo en épocas navideñas.
De modo que, aparte de los seguros más tradicionales y convencionales, que también se da respuesta a ellos, si está buscando un seguro “peliagudo”, como es la desaparición de su vello corporal, la pérdida del sentido del olfato, que alguna de las actrices de la película que usted está rodando se enamore y case durante el rodaje, o incluso si desea asegurar la muerte espontánea por un ataque de risa de algún espectador de su cine o teatro, sin duda, Lloyd´s es su Mercado.

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